sábado, 29 de junio de 2013

Opiniones de un payaso


—Déjese de tonterías, Schnier. ¿Qué mosca le ha picado?
—Los católicos me ponen nervioso —dije—, porque juegan sucio.
—¿Y los protestantes? —preguntó riendo.
—Me irritan con su manoseo de las conciencias.
—¿Y los ateos? —seguía riéndose. 
—Me aburren, porque siempre hablan de Dios. 
—¿Y qué es usted, pues?
—Soy un payaso.

Böll es, desde luego, alguien que reprueba una moral católica supeditada al poder político; pero no hay que quedarse sólo con eso: Opiniones de un payaso ahonda en la arraigada costumbre de buscar camaradas y encerrarse con ellos en un selecto club. Muchas instituciones están ahí incluso antes de que el individuo nazca, y éste comete el error, a veces, de aceptarlas como algo natural; ocurre algo parecido con la civilización.

El personaje central de la novela, Schnier, payaso vocacional, se topa con el catolicismo, pues la mujer que ama lo abandona por no compartir sus creencias. Schnier no puede soportarlo y recurre al alcohol. Malos tiempos para una actitud individualista. «La unión hace la fuerza».

Ahora bien, los grupos —o entornos artificiales dentro de un entorno artificial mayor— pueden ser tan heterogéneos como el humano, su creador, y no tienen por qué seguir una ruta honesta. Aunque esto que lees no se trata de una recalcitrante trifulca online, le seguiré el juego a Godwin y pondré de ejemplo a las asociaciones nazis. Quizá el ejemplo sea un poco desafortunado, porque no hace falta recurrir a los extremos: muchos grupos que, aparentemente, son dignos de respeto, tienen su lado oscuro. Además, hay que pagar un alto precio por pertenecer a una colectividad: la pérdida del individualismo. En Star Trek están los Borg para recordárnoslo.

Nuestro protagonista, cuya profesión es lo que más le interesa, toma decisiones en base a su conciencia sin importarle lo demás, sin prostituirse, y eso le hace chocar con grupos que, en vano, intentan convertirlo. ¿A dónde le llevará su libertad?

Opiniones de un payaso tiene un buen mensaje, sin embargo, opino que no es la mejor obra de Böll, porque el ritmo va a trompicones y algunos personajes están poco trabajados; o al menos fue la impresión que me dio. Prefiero El tren llegó puntual, novela también reseñada en este blog.  

¿Crees que me sentó bien cuando Leo me dijo que se hacía católico? Fue tan doloroso para mí como la muerte de Henriette; no me habría dolido tanto si me hubiese dicho que se hacía comunista. Eso puedo concebirlo, que un joven albergue un falso sueño de justicia social y todo eso. Pero aquello...

5 comentarios:

  1. Pues me ha gustado la conversación que has puesto imagino que extraída de la novela.

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    1. Sí, está sacada de la novela. Muchas veces se cita la frase famosa de los ateos, «Los ateos me aburren porque siempre hablan de Dios», sin el diálogo. Creo que eso pervierte un poco su significado.

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  2. Yo realmente soy un payaso y puedo decir que no hay nada más serio que las opiniones de un payaso, porque como los niños y los borrachos ¡siempre decimos la verdad!

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    1. Es un honor tener aquí el mensaje de un payaso auténtico. Va a sonar a tópico, pero lo diré igual: pocas profesiones son tan respetables como ésa.

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  3. Es de agradecer que valoren lo que uno hace y en este mundo no siempre es así. No puedo decir más que ¡¡¡GRACIAS!!!

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